¿Dónde habitan los búhos?
Los estrigiformes (orden Strigiformes) son aves de presa nocturnas, capaces de detectar a un animal hasta en galerías localizadas debajo del suelo. Los “búhos verdaderos”, de la familia Strigidae, están distribuidos en casi todo el mundo, o mejor dicho, en todos los continentes salvo la Antártida, y las lechuzas, miembros de la familia Tytonidae, viven en gran parte del planeta, excepto en el norte de Norteamérica, en una vasta zona de Asia y en el desierto del Sahara, en África.
En general, los búhos y las lechuzas son aves a las que se reconoce por su versatilidad, fruto del trabajo de millones de años de evolución que les dotó de útiles adaptaciones para la caza. No es sorpresa el hecho de que son capaces de vivir en muchos tipos de hábitats, desde desiertos hasta taigas y tundras, pero nunca en zonas de clima extremo.
Son capaces de vivir en muchos tipos de hábitats, desde desiertos hasta tundras.
Un hábitat es el sitio en el cual una especie encuentra todo lo necesario para sobrevivir: alimento, refugio, individuos con los cuales aparearse, lugares para anidar, dar a luz y criar a su descendencia, etcétera. El hábitat de un animal es su espacio vital, y es igual o similar en cualquier lugar de su rango de distribución. Dentro de este hábitat puede tener una zona de deambulación, por la cual se mueve a lo largo del día, y un territorio, que solo pertenece a él y que defiende de la intrusión de otros animales, incluso los de su misma especie.
Los “búhos verdaderos” se hallan en todos los hábitats terrestres ubicados desde el Ártico hasta los trópicos, a elevaciones desde el nivel del mar hasta unos 4,700 metros de altura. Por su parte, las lechuzas también viven en casi cualquier hábitat terrestre, pero a elevaciones de hasta 4,000 metros. Según la especie, pueden soportar temperaturas muy calurosas hasta sumamente frías.
Los hábitats preferidos de muchos estrigiformes son boscosos, pero la vegetación de estos no es muy densa. De lo contrario, difícilmente podrían volar en busca de presas u observarlas. El 95 por ciento de los búhos verdaderos habitan bosques, y de las lechuzas, la mayoría también los prefiere, aunque no hay cifras exactas. Muchas especies también se encuentran en bosques y pastizales abiertos, pero, desde luego, cada especie tiene un hábitat específico.
Por ejemplo, el cárabo lapón (Strix aluco) vive en bosques mixtos, de coníferas o de hoja ancha, mientras que el mochuelo común (Athene noctua) puede vivir cómodamente en estepas, desiertos pedregosos y bosques semiabiertos. El búho nival es el que soporta el clima helado del norte de América y Eurasia, y la nieve del suelo y los árboles, pero curiosamente, también puede adaptarse a la vida en las marismas, en praderas, en campos costeros y en las orillas de mares y lagos.
Numerosos búhos y lechuzas habitan jardines, zonas agrícolas y pueblos cercanos a campos.
De hecho, la adaptabilidad es una de sus características más destacadas. Los estrigiformes toleran hasta cierto punto la presencia de los seres humanos, puesto que han adoptado muchas construcciones como dormidero o sitio de anidación. Numerosos búhos y lechuzas habitan grandes jardines, zonas agrícolas, pueblos cercanos a campos y hasta cementerios. La mayor parte de los estrigiformes no construye nidos, sino que ocupa unos ya abandonados o viejos. En los sitios urbanos pueden anidar en lo alto de graneros y en edificios en ruinas.
El plumaje de todo su cuerpo es una poderosa defensa, muestra de la adaptación a su hábitat, y es que la mayoría de las especies lo exhiben en tonos marrones, blancuzcos y rojizos. Cuando un búho se posa en una rama cercana al tronco de un árbol, puede descansar tranquilamente gracias a que el plumaje se camufla con la corteza de los árboles.