El orden Strigiformes tiene al menos 205 especies de búhos y lechuzas divididas en las familias Strigidae y Tytonidae, las cuales tienen una amplia distribución que abarca casi todos los rincones de la Tierra.
Hagamos un recorrido por la vida de los búhos y lechuzas para conocer su alimentación, anatomía, reproducción, evolución, comportamiento, entre otros interesantes temas.
La caza y el envenenamiento son dos de las amenazas que enfrentan búhos y lechuzas en su hábitat natural; sin embargo, las acciones de conservación han jugado un papel muy importante en la lucha contra su extinción.
Introducción a los búhos y lechuzas
Cuando la palabra “búho” llega a su cabeza, las personas pueden pensar en grandes ojos amarillos, afiladas garras, ululatos nocturnos y cabezas que giran hasta límites impensados. En muchas culturas, su vida está ligada a lúgubres entornos y funestas supersticiones.
Estas aves no tienen brillantes colores en el plumaje ni entonan melódicos cantos, pero resultan hermosas y fascinantes criaturas que encierran numerosos secretos. En conjunto, se les llama estrigiformes por pertenecer al orden Strigiformes, de los que existen más de 200 especies. No todos son búhos, pues existen lechuzas y “búhos verdaderos” o “búhos típicos”. Las primeras forman parte de la familia Tytonidae, mientras que los segundos están contenidos en la familia Strigidae, que es la más grande de las dos. Los estrigiformes viven en todo el mundo y en todos los hábitats terrestres, excepto en la Antártida, algunas islas remotas y en las zonas más cercanas al Polo Norte.
Lechuzas y búhos son aves rapaces o de presa, lo cual designa su estilo de alimentación. Cazan animales pequeños, como ratones y conejos, y luego los tragan enteros o en trozos, sin masticarlos. Sus plumas están especialmente adaptadas para el vuelo, en un sentido más amplio. Así es que, cuando desean comer, aguzan la vista y el oído y después vuelan rápidamente hacia la presa, que generalmente no se da cuenta de que están por capturarla. Esto se debe a que las plumas no producen ningún sonido en el aire.
La vista y el oído son sus sentidos más agudos, pues acostumbran cazar durante las noches, cuando el débil resplandor de la luna es insuficiente para que una persona detecte pequeños animales. Durante el día, prefieren descansar en un dormidero ubicado en lo alto del tronco de un árbol o en edificios viejos, y cuando el sol comienza a ponerse en el horizonte, estiran sus patas entumidas, acicalan su plumaje y comienzan a volar a poca altura en busca de presas.
Son el tipo de animales que generalmente se escuchan pero no se ven porque no son activos durante la noche. Según la especie, pueden emitir sonidos que se aprecian como chillidos, silbidos y claro, ululatos. No obstante, no todos los estrigiformes ululan. Cuando están en temporada de reproducción, los búhos y las lechuzas modifican su sobrio comportamiento. Los machos vocalizan mucho más para atraer hembras, y cuando estas están cerca, realizan impresionantes exhibiciones de vuelo.
Las hembras, más grandes que los machos, son las únicas que incuban los huevos en tanto los machos les llevan comida. Cuando los polluelos emergen, ambos contribuyen en su protección y aprendizaje hasta que se independizan. El período de incubación de los estrigiformes varía, pero es de aproximadamente 1 mes. Aunque no son aves particularmente agresivas con las demás especies, defienden con ferozmente su nido. Esto no impide que algunas veces los huevos y los polluelos sean ultimados por otros carnívoros como los mapaches y las serpientes. Una vez que han alcanzado la adultez, los búhos y lechuzas carecen de depredadores.
En la actualidad, los búhos son un símbolo de la sabiduría y la erudición, y no han faltado instituciones educativas que usan su imagen. Pero también persisten ideas y leyendas que los asocian con la mala suerte o los consideran un mal presagio, lo que contribuye a generar cierto temor o animadversión entre algunas personas. Sin embargo, estas aves no son más “terroríficas” que un águila o un halcón; la única diferencia es que cazan de noche. Un dato curioso y agradable es que entre algunas especies de lechuzas, los hermanos mayores brindan alimento a sus hermanitos, lo que no es usual en otras aves.
Muchas especies se han extinguido con el paso del tiempo, y de las actuales, algunas están amenazadas por actividades humanas como la caza y la deforestación que reduce y fragmenta su hábitat. Hay algunas especies cuyo estado es crítico pues son endémicas de una pequeña región y sus números están disminuyendo a un ritmo vertiginoso. Para atenuar la situación, muchas personas están instalando cajas en las que los búhos pueden anidar, mientras que organizaciones gubernamentales han establecido sus hábitats como sitios naturales protegidos.
Hay mucho más por saber sobre los búhos y las lechuzas, y esto es solo el principio.
Datos sobre Búhos y Lechuzas
- Pueden volar en casi completo silencio.
- Tienen la capacidad de girar su cabeza hasta unos 270 grados.
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