Características de una relación ancestral
Los búhos han tenido un lugar muy polarizado en las sociedades humanas. En algunas se les ha considerado desde augurios de mala suerte hasta símbolos de muerte y destrucción, mientras que en otras han sido presagio de prosperidad y símbolos de sabiduría y erudición. Sus hábitos nocturnos, su ululato, su mirada penetrante y su sigilo lo hacen un animal que ha capturado la atención y despertado la imaginación.
Aunque no son animales domesticados como el perro y el camello, muchas personas han tenido un contacto más cercano con ellos, hasta el punto de poseerlos. En Francia, se ha descubierto pinturas rupestres que datan de hace 15,000-20,000 años, lo que puede considerarse como las primeras representaciones de estas aves en la técnica humana.
En algunas culturas han sido presagio de prosperidad y símbolos de sabiduría y erudición.
En la cultura egipcia se les pintó en murales y existía un jeroglífico con su figura, y tal parece que los tenían en muy alta estima, ya que se ha encontrado individuos momificados, de modo similar al de los gatos. Una historia con tintes mitológicos cuenta cómo Agatocles de Siracusa, durante una batalla contra los cartagineses en 310 a. C., capturó búhos en masa y los lanzó hacia sus tropas. Las aves se posaron sobre la cabeza de los guerreros, lo que dio a estos la confianza y el valor para enfrentar a los enemigos y ganar. No debe pasarse por alto que los búhos eran vinculados con Atenea, la diosa de la guerra y la sabiduría.
Antiguas supersticiones sobre los búhos han calado muy hondo; aún hay personas que piensan en ellos como pájaros de mal agüero. Esto no ha impedido que se les aproveche. Un antiguo remedio inglés indica que los huevos carbonizados y pulverizados deben consumirse para tratar problemas de visión, quizá al notar la agudeza del sentido en las aves. También se ha usado sus hábitos depredadores para controlar la población de roedores. Algunos agricultores permiten y hasta mantienen búhos cerca de sus cultivos para que se alimenten de ratones, topillos, ratas, etcétera. De esta manera, humanos y búhos se benefician.
Algunos agricultores mantienen búhos cerca de sus cultivos para controlar la población de roedores.
Una actividad más especializada en la que se les usa es la cetrería. Esta centenaria práctica, que pudo haberse originado en tiempos de Mesopotamia, consiste en cazar con ayuda de aves rapaces como halcones, águilas y azores. Los cetreros las crían y las entrenan durante un tiempo, generalmente en cautividad, hasta que están listas para cazar en compañía de humanos. Las aves capturadas se mantienen bajo entrenamiento intensivo, para que paulatinamente se acostumbren al tacto humano. Aunque los estrigiformes son menos usados que los falconiformes, dos especies sí han sido exitosamente utilizadas: el búho real (Bubo bubo) y el búho cornudo o americano (Bubo virginianus).
Normalmente, humanos y búhos pueden existir en un mismo lugar sin mayores contratiempos. Por el comportamiento nocturno, su plumaje capaz de camuflar y el hábito de permanecer encaramados en las alturas, es poco probable que una persona se tope cara a cara con un búho. Si una persona se topa con alguno, puede observarlo, pero no acercarse directamente ni intentar capturarlo. Los búhos no son un peligro para el ser humano, pero pueden mostrar agresividad si se les molesta. Algunas personas han tenido desagradables incidentes, a veces sin que sepan la razón del ataque, pero son situaciones muy raras.
En caso de que se encuentren búhos en los alrededores del hogar, es importante mantenerse al margen de ellos, de modo que se respeten sus hábitos y no se les perturbe. Si representan un peligro para los animales de corral o de compañía, puede resguardarse a estos, cambiar la rutina de actividades o si es necesario, llamar a una institución de control de fauna salvaje para discutir opciones y tomar una decisión. Es bueno recordar que las leyes federales de algunas regiones prohíben dañar búhos.
Los estrigiformes no son fuentes importantes de enfermedades, pero algunas personas pueden presentar alergias e infecciones bacterianas como la salmonelosis, la tuberculosis aviar y la psitacosis. Estos padecimientos no representan peligro si no existe contacto directo con las aves. Desde luego, tener un búho como mascota no es una gran idea, ya que por lo general las personas no tienen el conocimiento necesario para cuidarlo; de lo contrario, el ave podría tener una mala calidad de vida.
Las lechuzas y los búhos son seres importantes para la naturaleza y de ellos se puede aprender mucho. Por desgracia, algunas especies están amenazadas debido a factores casi exclusivamente humanos, como la tala que destruye sus hábitats y el uso de pesticidas que los envenena. Mediante la suma de los esfuerzos de conservación, todas las especies, amenazadas o no, pueden tener un futuro promisorio.