¿Cómo evolucionaron los búhos?
La evolución es un proceso por el cual los seres vivos sufren cambios graduales para adaptarse a su medio ambiente. Este proceso se produce durante el transcurso de varios millones de años, y se refleja en los cambios en el material genético de los organismos. Todos los animales que actualmente existen lo han experimentado, y continuarán haciéndolo. Esto incluye a los búhos y las lechuzas.
Para comprender el origen y la evolución de los estrigiformes, conviene entender primero cómo surgieron las aves. Hasta la actualidad, los científicos han descubierto numerosos fósiles que han permitido desentrañar esta complicada historia, no sin debates ni controversia. Se acepta que los pterosaurios fueron los primeros animales vertebrados con la capacidad de volar, que las aves descienden de dinosaurios y que el ave más primitiva perteneció al género Archaeopteryx, que vivió en el Jurásico tardío hace aproximadamente 155-150 millones de años.
Los pterosaurios fueron los primeros animales vertebrados con la capacidad de volar.
Los miembros de Archaeopteryx eran animales que guardaban mucho parecido con los dinosaurios, pero tenían plumas en vez de escamas. A lo largo de sus brazos discurrían plumas largas que conformaban sus alas, de forma muy parecida a las de las aves actuales. Más adelante, nuevas especies emergieron y el grupo se extendió. Ya en el período Cretácico, aves del clado Enantiornithes eran comunes en el mundo.
Después de la extinción de los dinosaurios, el clado Neornithes, al cual pertenecen las aves modernas, se diversificó y se dividió en 2 grupos: Paleognathae, de donde proceden las ratites como los kiwis y los emúes, y Neognathae, el grupo que contiene al resto de los grupos de aves tales como las acuáticas, las marinas y las de presa. Los fósiles más antiguos de neognatos han sido datados de finales del período Cretácico.
A través del tiempo, y mientras otros animales se extinguían, las aves ocuparon numerosos nichos ecológicos y se adaptaron a las nuevas características del entorno cambiante. Las afroaves (Afroaves), grupo del que los estrigiformes descienden, compartieron un ancestro en común que era un depredador, lo cual explica que muchas de sus especies lo sean. En algún momento, el grupo Afroaves se dividió en otros grupos y aparecieron los estrigiformes.
Hoy en día, el orden Strigiformes está compuesto por dos familias: Strigidae y Tytonidae. Los primeros son conocidos como “búhos verdaderos”, mientras que los segundos son llamados lechuzas. Ambas familias son muy parecidas entre sí, y puede resultar difícil reconocer si una especie es un búho verdadero o una lechuza.
Los fósiles más antiguos que se ha encontrado de estrigiformes datan del Paleoceno.
Los fósiles más antiguos que se ha encontrado de estrigiformes datan del Paleoceno; parece que a mediados de este período los búhos ya eran aves abundantes. En dicha época, hace 60-57 millones de años, vivieron los estrigiformes de los géneros Berruornis y Ogygoptynx. Varias familias proceden del Paleoceno, hace al menos 58 millones de años, pero fue durante la época del Eoceno que se produjo una gran radiación que ocasionó la división de los búhos y la aparición de 4 grandes familias, incluyendo Tytonidae. El fósil más antiguo de esta última es un metatarso encontrado en Colorado, Estados Unidos. El género Tyto parece datar de mediados del Mioceno.
Por su parte, la familia Strigidae parece remontarse al Mioceno temprano; sus fósiles más antiguos proceden de Norteamérica y Europa. Así, las lechuzas evolucionaron durante el Paleógeno, mientras que los “búhos reales” lo hicieron durante el Neógeno. 25 millones de años atrás, las lechuzas comunes fueron los estrigiformes dominantes en Europa y Asia.
De aquellos búhos antiguos, muchas especies eran más grandes que las especies de la actualidad. Por ejemplo, Ornimegalonyx oteroi, que vivió en Cuba, medía más de 1 metro de altura, y los miembros del género se consideran los más grandes búhos que han existido. Parte de su altura era conferida por sus largas patas.