Lo que el tiempo se llevó
A lo largo de los millones de años que la Tierra ha permanecido en el espacio, un sinnúmero de especies de seres vivos han aparecido y desaparecido de su superficie, debido a factores como la competencia por los alimentos, la depredación, catastróficos eventos ambientales o por no haberse adaptado al entorno cambiante. Sin embargo, en la actualidad la extinción de especies está fuertemente vinculada con las actividades humanas que afectan negativamente su hábitat y directamente a ellos.
De las más de 10,000 especies de aves que existen en el mundo, unas 1,200 están en peligro de extinción. Los miembros del orden Strigiformes, en el que se engloban las lechuzas y los búhos, son aves de presa capacitadas para cazar, pero esto no las ha salvado de sucumbir ante algunos problemas, por lo que un puñado de ellas se considera extinta. Esto significa que aunque alguna vez proliferaron, ningún individuo vive ahora, y nunca más podrán volver a extender las alas en la naturaleza.
De las más de 10,000 especies de aves que existen en el mundo, unas 1,200 están en peligro de extinción.
Entre las especies extintas se encuentran varias especies prehistóricas, claro está. Tan solo en el período Holoceno 4 especies del género Gallixtrix evolucionaron en Hawái, pero se extinguieron varios millones de años después. El género Tyto, compuesto por varias especies, ha tenido también numerosas extinciones. Las primeras fueron Tyto robusta, desaparecida en el Mioceno tardío; Tyto sanctialbani, extinguida en el Mioceno medio o tardío, y Tyto balearica, Tyto mourerchauvireae y Tyto jinniushanensis, entre otros.
Ahora bien, en los últimos siglos se han extinguido otras especies, como consecuencia de factores como la caza indiscriminada, depredadores introducidos, pérdida, reducción y fragmentación de hábitat y otros problemas de origen humano. Uno de los búhos más recientes en declinar fue el nínox reidor o lechuzón cariblanca (Sceloglaux albifacies), endémico de Nueva Zelanda. Era un ave mediana, de unos 40 centímetros de longitud, con un plumaje marrón decorado con múltiples franjas delgadas y oscuras. Hacia 1880 ya el número de individuos era menor en comparación con años anteriores, y su extinción tuvo lugar a principios del siglo XX.
Los 3 búhos del género Mascarenotus se evaporaron de la faz del mundo, lo que es un problema grave pues es la totalidad. A continuación, conoce a otras especies de estrigiformes que se consideran extintas.
–Mascarenotus sauzieri. (Lechuza de Mauricio). Vivía en las islas de Mauricio y Mascarene. Medía aproximadamente 42 centímetros de longitud, y tenía un cuerpo con largas patas para cazar reptiles y quizá pequeñas aves. Desapareció después de 1837, debido a la invasión de su hábitat para convertirlo en tierra de cultivo.
–Mascarenotus murivorus. (Lechuza de Rodríguez). Estaba presente en la isla Réunion, y se presume que se extinguió hacia 1726-1761. Su cuerpo era pequeño y probablemente pasaba más tiempo en los árboles que los demás miembros del género. Aparentemente, se alimentaba de pequeños lagartos y lagartijas.
–Mascarenotus grucheti. (Lechuza de Reunión). Era una lechuza pequeña, con patas largas y capacidad de vuelo limitada. También vivía en la isla de Réunion.
–Asphaltoglaux cecileae. Era un estrigiforme norteamericano. Vivió durante el Pleistoceno tardío, y se extinguió en torno al Cuaternario tardío.
–Athene cretensis. Esta especie mediana era endémica de la isla de Creta, y su capacidad de volar era presumiblemente limitada. Vivió durante el Pleistoceno y se extinguió poco después de que los humanos poblaran la isla.
–Tyto cavatica. Sus restos fueron encontrados en una cueva de Puerto Rico. Es posible que se haya extinguido en el Holoceno, aunque se descubrieron dormideros en 1912, lo cual hace pensar que pudo sobrevivir varios siglos más.
Causas de su extinción: caza, depredadores introducidos, pérdida de hábitat y otros problemas de origen humano.
–Tyto pollens. Debido a su longitud de cerca de 1 metro, es casi seguro que esta especie de la isla Andros, en Bahamas, no pudiera volar. Sucumbió en el siglo XVI, cuando la tala, producto de la colonización, terminó con sus hábitats.
–Tyto ostologa. Era una especie muy alta que vivió en las Indias Occidentales. La causa de su extinción parece haber sido la deforestación que terminó con su hábitat y con sus presas. Poblaba La Española durante el Cenozoico-Cuaternario.
–Tyto neddi. Se cree que vivió en Barbuda. Era grande y se alimentaba de roedores e insectos no tan pequeños. Al parecer, la especie estaba viva durante el Cenozoico-Cuaternario.
–Ninox novaeseelandiae albaria. Esta subespecie se encontraba en Lord Howe Island, Australia. Es uno de los estrigiformes que se han extinguido en épocas recientes, pues hasta la década de 1950 algunas personas afirmaban escuchar sus vocalizaciones. No está clara la causa exacta de su extinción, pero se presume que fue por la competencia con 3 especies introducidas de estrigiformes.
–Ninox novaeseelandiae undulata. Estaba confinado en la isla de Norfolk, Australia. Se extinguió en la década de 1990 con la desaparición de la última hembra, pero aún sobreviven sus genes en una pequeña población de híbridos (sus descendientes).